Días para recordar

Tengo una libreta de Gorjuss preparada para ir anotando los pequeños hitos de mis bebés. Primera sonrisa consciente, primer balbuceo... Pero es muy difícil determinar el primer día en que hacen cualquier avance. De hecho la libreta está vacía :)

Llevamos unos días con la casa llena de grititos, de risas, de agóoooos, de bubúuuuuus. Cada vez que desaparezco, al volver a aparecer (a los pocos segundos) los peques estallan en grititos babeantes de alegría, pataleos y manotazos al aire, miradas alegres, anhelantes de una caricia y una sonrisa. Pero no sé cuándo empezó a ocurrir esto, ha sido tan poco a poco que no nos hemos dado cuenta.

Ayer gatito cogió por primera vez una especie de toalla con tejido crujiente dentro (no sé cómo se llama eso) monísimo regalo de su su tía, pero lo cogió porque le pillaba de camino, sin hacerlo consciente todavía.

Pero lo que sí que ha pasado hoy, por primera vez, hace unas horas, es que se han mirado el uno al otro analizándose, viéndose por primera vez.

Habían compartido un espacio reducido dentro de mí, aplastándose el uno al otro, han compartido cuna, siempre están juntos. Se habían mirado muchas veces, pero nunca se habían visto. Esta mañana los he vestido como todos los días, los he sentado en su hamaca y he ido a prepararme mi tazón de chocolate a la taza (me lo permite la dietista) como todos los días. Pero hoy no me han agobiado los chillidos de Gato reclamándome. Y cuando he ido al salón preocupada los he visto allí, tan tranquilos, mirándose el uno al otro, entretenidos explorándose las caritas.

Yo quería la parejita, P siempre quiso que fueran del mismo sexo, decía que era lo mejor para ellos, un amigo para siempre, el compañero de juegos, un confidente ideal. Hoy cuando los he visto mirándose me he emocionado. Con un poco de suerte siempre se tendrán el uno al otro.

Qué emocionante es todo esto.