lunes, 30 de enero de 2012

La estimulación del bebe

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El otro día encontré esta joyita en la web http://www.mibebeyyo.com/.


Carlos González Estimulación en el bebé

CARLOS GONZÁLEZ
CARLOS GONZÁLEZ es pediatra, fundador y presidente de la Asociación Catalana Pro Lactancia Materna (ACPAM). En la actualidad, imparte cursos sobre lactancia para profesionales sanitarios. Autor de best sellers como "Mi niño no me come" y "Bésame mucho".
Su último libro, "Entre tu pediatra y tú" (Ed.Temas de Hoy), es una selección de preguntas y respuestas sobre las preocupaciones cotidianas de los padres.
Más información:
http://www.acpam.org/
Más información:
http://www.temasdehoy.es/Fichas/FichaPack2.aspx?IdPack=2&IdPildora=98503
Carlos González

Tengo un bebé de tres meses y me gustaría saber qué puedo hacer para estimularla. Le leo cuentos muy suavemente mostrándole los dibujos del mismo y ella me presta atención, cuando fija su mirada en algún objeto o en mis manos por ejemplo le menciono el nombre del objeto un par de veces captando su atención, le hago masajes después del baño pero no sé que más puedo hacer siendo ella tan chiquita.


Respuesta del Dr. Carlos González:
Apreciada amiga:No creo que sea buena idea
estimular a los bebés. A ver, los bebés reciben estímulos, por supuesto. Y es conveniente y necesario que los reciban. Los bebés ven cosas, oyen cosas, sienten cosas. Los padres acarician a los bebés, les hablan, les cantan. Hoy sabemos que todo eso es bueno para el desarrollo de su cerebro. Pero era igual de bueno cuando no lo sabíamos. Mi madre me cantaba, me acariciaba, y más adelante (cuando yo entendía algo, porque, la verdad, con tres meses...) me contaba cuentos. Pero no decía “voy a estimular a mi hijo”. Lo hacía a veces porque yo lloraba y me quería consolar, otras veces porque yo reía y me quería disfrutar. Si usted hace eso mismo, lo que han hecho las madres durante millones de años, sólo que ahora, en vez de llamarle “cantar” o “mecer”, le llama “estimular”, pues muy bien, llámele como quiera. Pero para eso no necesita preguntar a ningún “experto” qué más puedo hacer. Créame, todas las madres que en el mundo han sido lo han sabido hacer la mar de bien. Pero si al cambiar el nombre intenta también cambiar el contenido, si en vez de pensar “voy a consolarla/entretenerla/calmarla/mimarla/jugar con ella” piensa “voy a estimularla, voy a hacer una serie de técnicas que la volverán muy inteligente”, entonces está haciendo una cosa distinta (fíjese en que tradicionalmente las madres no querían estimular a sus hijos, sino todo lo contrario, calmarles y dormirles), una cosa nunca antes experimentada, una cosa tal vez peligrosa. Peligrosa, porque lo que era un placer puede convertirse en una obligación, tanto para usted como para su hija. Peligrosa, porque corre el riesgo de esperar, incluso exigir, que su hija le de algo a cambio: que esté atenta, que se vuelva más inteligente...Mi madre no hizo nada para que yo me volviera inteligente, porque ya sabía, con absoluta certidumbre, desde el mismo día en que nací, que yo era el niño más listo del mundo. Y el más bueno, y el más guapo. Para eso están las madres.

No puedo estar más de acuerdo con Carlos González en este punto. Escribió con maestría todo lo que pienso respecto a la estimulación del bebé. Has oído tantas veces hablar de la importancia de la estimulación temprana que es imposible no plantearte qué línea seguir cuando tienes a tu bebé en brazos. Todas queremos tanto a nuestros hijos que queremos que sean listos, espabilados, que no se queden atrás respecto a los demás, que tengan un futuro brillante... Queremos hacerlo todo bien, que nuestros bebés no se queden parados si pueden dar un paso adelante. Que no pierdan comba en el mundo tan competitivo en el que han nacido.


Yo también quiero todo eso para los míos, pero sobretodo quiero que sean felices, y para ello creo que es muy importante que de mi sólo reciban todo el amor que tengo para ellos. Ya tendrán tiempo de agotarse, aburrirse y hartase metidos en el batiburrillo de clases de todo tipo en el que hemos convertido la infancia de nuestros hijos, de momento, hemos decidido dejarles que sean bebés. Así que les ponemos música, les hablamos tiernamente, los acunamos, les sonreimos mirándoles a los ojos, los masajeamos con aceite... para que se sientan queridos, para que se relajen, porque nos apetece hacerlo, pero sin esperar que eso los haga ser más listos ni estimularlos especialmente. Cruzo los dedos para estar haciéndolo bien.


Y vosotr@s, estáis en la línea de González o pensáis que es mejor ir estimulando al bebé poco a poco?

viernes, 27 de enero de 2012

17 de enero de 2011

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Empecé a fumar como todos supongo por pura tontería. Mi amiga P. me enseñó a hacerlo una tarde en la cafetería del barrio. Tragabas el humo y con él dentro decías "La mujer que sabe fumar echa el humo después de hablar" y entonces, una vez pronunciada la dichosa frasecita, podías expulsar el humo. El "glamour" con el que lo hicieras dependía de ti. Tendríamos entonces unos 16 años y toda la tontería del mundo encima. Luego yo enseñé con la misma técnica a otras y aquello se convirtió en una cadena en la que todos los de la pandilla terminamos fumando.
Era un fumeteo ocasional, visitas al pueblo en fiestas y poco más. Yo entonces era bastante responsable y empollona y aquello del fumar como que no iba demasiado con mi forma de ser.
A los 21 tuve la primera crisis gorda de mi vida y, en mi caída, un día sin pensar demasiado bajé al estanco y me compré mi primera cajetilla de Nobel, fue el inicio de una relación de amor-odio que casi ha durado 20 años.
No sé al resto, pero en mi caso, casi cada cigarro me hacía sentir culpable. Es difícil perdonarte cuando sabes que te estás matando poco a poco. Pero por otra parte la adicción es tan fuerte, tan brutal, que cuesta horrores aguantar un par de horas sin dar una calada. Yo fumaba Fortuna, una cajetilla al día. Aún hoy es escribir la palabra Fortuna y sentir mono. Manda narices.
El tabaco mata, eso lo sabemos todos. Además huele mal, su olor te impregna la ropa, las manos, el pelo... (eso lo llevaba fatal), da carraspera, tos (aunque yo la verdad es que no tosía casi nada), tienes flemillas constantemente, amarillea los dedos, los dientes, produce mal aliento... Cuando pelaba al perro cogía su pelo y al olerlo olía a tabaco, ceniceros llenos de colillas...
Todo eso me lo repetía yo constantemente para coger fuerzas...
Pero el tabaco también tiene otra cara, lo usas cuando estás nervioso para calmarte, cuando estás dormido para despertarte, cuando esperas a alguien que no llega para acompañarte, cuando estás harto en el trabajo para salir con los compis a despejarte, cuando estás concentrado, cuando sufres, cuando estás contento, cuando no sabes qué hacer con las manos... Y el mejor: En buena compañía delante de un cafelito o una caña de cerveza para... no sé muy bien para qué, pero ese es buenísimo :)
El tabaquismo se instala sin avisar, poco a poco, y, cuando te quieres dar cuenta, se ha convertido en parte de tu vida, de tu día a día. Como un novio que te arruina la vida pero al que no puedes dejar porque te tiene embrujada.
P. dejó de fumar en una intentona que hicimos en noviembre de 2010, lo hizo por mi, porque soy muy plasta y porque yo quería dejarlo para tener más posibilidades en mis tratamientos. A los dos días volví a caer, fue mi récord, nunca había aguantado tanto sin fumar. Estuve una semana escondiéndome de P y bajando a fumar al garaje, en el coche, a horas intempestivas para que él no me pillara... Me sentía patética pero me daba vergüenza que viera que había caído después de lo pesada que me puse para que lo dejáramos.
Con las uvas de Nochevieja pedí fuerzas para poder dejarlo. Lo dejaba un ratito, 3 horas, 5 horas... y volvía a caer. Dejaba de comprar una mañana y al rato me volvía loca buscando algún fumador que me diese uno porque ya no podía más... cada vez me sentía más impotente.
El 17 de enero de 2011, a la vuelta del curre, en mi Ibiza, en mi primer coche, el que ahora voy a vender porque no me cabe el carrito, en mi querido coche, apagué el que espero que sea mi ÚLTIMO cigarro. No sé qué clase de hastío me llevó a ello. El caso es que me dije "Se ha terminado" y descubrí que no hay otro secreto para dejarlo que la fuerza de tu determinación. Que es la duda, el titubeo, el que alimenta el mono, pero que cuando estás decidido y te desesperas de ansiedad (porque es desesperante) un NO rotundo dicho desde tu yo más íntimo es el mejor parche de nicotina.
Supongo que el deseo de ser madre primó sobre todo lo demás. Quería hacerme un tratamiento desintoxicada, al menos uno, y decidí que sería el siguiente. El otro día descubrí que ese día MJ tuvo a su niña, supongo que inconscientemente aquello también pesó mucho en mi decisión (gracias MJ).
En el siguiente tratamiento, en marzo, me quedé embarazada. El embarazo fue el mejor aliado para mantener el mono a raya. Cuando nacieron los peques el mono salió del armario y me tentó con su baile insinuante. Sin embargo, ahora tengo dos cachorrillos a los que no quiero intoxicar, ellos son ahora mis aliados en la lucha... porque me sigue apeteciendo bastante, en momentos muy puntuales, pero muy puñeteros, porque cuando me apetece, me apetece mucho y porque sé que si me fumo uno a los pocos días volveré a mi querida-odiada cajetilla de Fortuna.
El día 17 hizo un año. Ya soy ex fumadora según la OMS. Me siento muy orgullosa de mi misma.

martes, 24 de enero de 2012

Conociéndonos

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Mis pequeños patito y gatito...
Patito es dulce y tierno. Llora muy poco, prefiere hacer pucheritos sacando un poquito el labio de abajo. y, cuando llora, tiene un llanto suave, quejumbroso y tierno. Es un tranquilón, está casi todo el tiempo dormido o amodorrado. Sonríe a menudo y, al hacerlo, se le hace como a su padre un hoyito en el lado izquierdo que desarma a su mamá. Le gusta dormir con los brazos hacia arriba, como celebrando un golazo de su equipo preferido. Tiene unos ojos enormes adivino que castaños, con pestañas densas y curvas. Es la zona de los ojos la que le define, por eso todo el mundo dice que es clavadito a mí.
Pato tiene unos mofletillos que se van haciendo más gordos a medida que va perdiendo la delgadez del prematuro. Los mofletes los tiene bajos y eso potencia su aspecto de pachorrón. Es muy tragón, le encanta la leche un pelín calentita y, después de la toma estar un ratito en los brazos de su mamá, también le gusta quedarse un poco, no mucho, en su hamaca mientras me observa con la cara relajada y sus enormes ojazos bien abiertos. Disfruta mucho la hora del baño, es meterlo en el agua calentita y abrir los brazos, relajado. Me gusta observarlo mientras nos mira con los ojos muy abiertos, el pelo mojado y la cara chorreando. A veces manotea en el agua y agarra y tira de todo lo que encuentra a su paso y hay que tener cuidado porque a menudo lo que encuentra es parte de él mismo sólo que todavía no lo sabe.
Le encanta su chupete, cuando se le cae se retuerce en silencio con la boca abierta buscándolo en vano y a menudo se lo sujeta en la boca con la manita supongo que sin ser consciente realmente de lo que hace. Mueve mucho el brazo izquierdo hacia adelante y hacia atrás, como los muñecos dorados de los chinos, es capaz de sujetar la cabeza ya completamente y tiene mucha fuerza en las piernas.
Ha tenido problemas de estreñimiento y dolorcillos de estómago. Los ha superado. Ahora sufrimos su padre, él y yo porque no es capaz de echar bien los gases (hasta hace unas semanas lo hacía estupendamente), así que los días y las noches se nos eternizan entre paradas en las tomas, golpecitos en la espalda y cambios de posición. Ahora le estamos dando menos cantidad y aumentando el número de tomas. Espero que funcione y que empiece a encontrarse mejor.




Estuve un tiempo buscando una palabra con la que definir a mi hijo gatito, y finalmente la encontré: terrible. Pasados los meses hemos ido conociéndonos mejor y me parece terrible haberlo definido como terrible...
Gato es muy, muy inquieto. Le cuesta quedarse parado observando, relajado. No tolera ninguna clase de incomodidad y llora desconsolado cuando tiene hambre, se aburre, quiere hacer caca (le encanta hacer caca en brazos), tiene un gasecito enano o hipo.
Y lo peor son los llantos... Empieza respirando fuertemente por la nariz como aviso a lo que se avecina (al principio nos preocupó esa respiración, parecía acatarrado y que le costaba respirar... pero pronto vimos de lo que se trataba), pasados los instantes de respiración nasal empieza el llanto y el llanto es... horroroso. Un agudo y fuerte hiiiiiiiiiii que al principio nos alteraba muchísimo, nos ponía nerviosos y que nos costó alguna que otra discusión con los nervios de punta. Cuando se asfixia y no puede seguir con el hiiiiiiiiii para un segundo, hace una inspiración profunda para coger aliento y ala... otro hiiiiiiii. En cuando te acercas y le pones las manos encima a menudo se calla, esperando que lo cojas en brazos, y, entonces, te derrite con su encantadora sonrisa. Porque gatito tiene una sonrisa traviesa que nos emboba a todos. Está siempre riendo. Y ríe con ruido, casi como una carcajada acompañada con algún que otro buuuuu que ha empezado a decir hace unos días.
Gatito duerme como superman, un brazo más bajo y el otro totalmente en alto, dispuesto a volar en cualquier momento. Hace muchos ruiditos de noche, pero cuando te levantas a ver qué le pasa casi siempre está sonriendo. Ríe de día y ríe de noche. Gatito es un tío sonriente por encima de todo. Aún no sabemos su color de ojos pero tiene una mirada de reojo, una sonrisa y unos mofletes gordos y altos (como un hámster que acabara de comerse la bolsa de pipas) que hace que le perdones lo mal que nos lo hace pasar cuando llora. Tiene el mismo hoyito en el lado izquierdo que su hermano y la barbilla partida por arriba de su padre. Es más rubio y tiene menos pelo aún que su hermano.
Es un tragoncete y le encanta el baño pero no puede quedarse quieto mientras le bañamos, ni cuando come, ni al cambiarle la ropa... es como una culebrilla en constante movimiento, por eso quema todo lo que come, que es una barbaridad, y está delgado, muy largo pero delgado. Y por eso tiene siempre la cara arañada como cualquier gato. El reto es conseguir calmarlo un poco y en esas estamos aunque es difícil.
Los dos duermen toda la noche del tirón salvo las llamadas llorosas para las tomas, menos mal. De día están más inquietos.
Ayer lloré de pura felicidad al verlos a los dos mirándome con sus lindas caritas desde su hamaca. Nunca me sentí tan especial al ser observada.
Cada día los quiero más :)

martes, 10 de enero de 2012

martes, 3 de enero de 2012

Premios

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He recibido mis dos primeros premios.

El primero me lo ha dado MJ del blog Yo y mis cosas, es este:






Muchas gracias MJ por pensar que mi blog es especial. Para recogerlo tengo que decir cuál es mi palabra favorita. Pues bien, mi palabra favorita es Esperanza. Me gusta porque nos permite vislumbrar luz al final del túnel, porque nos reconforta en los momentos amargos y porque es una excelente compañera de viaje.

Se lo paso a Juan Carlos del blog El camino de los sueños, tengo su blog en la lista de mis blogs favoritos, lo encontré por casualidad y me enganchó, os lo recomiendo. Creo que su blog tiene muuucho duende y además está de enhorabuena con el nacimiento de sus hijos.

El segundo se lo agradezco a Nenica, del blog Aprendiendo de mis mellizos. La acabo de descubrir buscando a otras madres de mellizos para aprender de su experiencia, y es que en general, y aunque voy aprendiendo a marchas forzadas, todavía me siento muy ignorante en muchos aspectos de la crianza (es lo malo de mirar siempre para otro lado cuando veía un bebé).

El premio es este:









"SOY MAMÁ QUE HACE HISTORIA" y el mensaje de este premio es el siguiente:



“Todas las madres hacemos historia. Sin quererlo y, tal vez, sin saberlo de manera consciente, nosotras construimos la sociedad. Nosotras tenemos en nuestras manos el poder de cambiar el mundo, a través de nuestros hijos. La manera en que los criamos y amamos es muy poderosa. Cuando criamos no solo moldeamos a los hombres y mujeres del futuro, sino también la clase de mundo que ellos vivirán y disfrutaran. Por eso, ser madre es una gran responsabilidad.”



Estoy completamente de acuerdo con el texto que acompaña al premio, de hecho me preocupa bastante y es un tema al que me gustaría dedicar algún post.



Se lo paso a Huro del blog Pasito a Paso y a MJ del blog Yo y mis cosas para poder conocerlas un poquito más.



Para recoger el premio tengo que contar dos recuerdos de mi infancia. Elegir únicamente dos es difícil, ummmmmmmmmm (pienso).


El primero surge en seguida: Mi hermano y yo compartimos dormitorio, somos unos enanos. Mi padre coge unas velas con forma de búho (horribles) que tenemos en la estantería. Las tapa con un pañuelo. "Abracadabra pata de cabra!" Sale de la habitación un segundo. Vuelve a entrar. "Tacháaaaaannnnnn" Levanta el pañuelo. No hay nada. Mi padre es mago, es el hombre más fuerte, listo y poderoso del mundo, ha hecho desaparecer el búho y mi hermano y yo lo admiramos embobados.


Echo mucho de menos a mi padre, un poquito más aún desde que soy madre. Me hubiese gustado compartir estas nuevas vivencias con él, que conociese a mis hijos (uno se le parece), que ellos hubiesen disfrutado también de él, de su fantasía y de su capacidad para transportarte a un mundo mágico, de hacerte disfrutar con las cosas pequeñas. Hubiese sido un gran abuelo.




El segundo recuerdo tarda un poquito más: Es el calor de la pata de la mesa de camilla de mi abuela. Un recuerdo extraño, pero muy recurrente. Recuerdo abrazar con mi mano pequeñita la pata de metal, en pleno invierno, cuando el calor del brasero hacía que la pata metálica estuviese ardiendo. El calor me reconfortaba y se me metía por dentro. Recuerdo el olor y el calor de aquella casa donde pasé tantos ratos y donde me sentí tan querida.


Me vienen también a la memoria el olor a ropa recién planchada, el olor a pan recién hecho de la panadería de una de mis mejores amigas, el olor a lumbre, a chimenea encendida en invierno, una camiseta puesta tras el baño calentada en el calefactor, boniatos cocidos con azúcar y canela....


A vosotras la Navidad os lleva a la infancia?? Recordáis más los olores, los sabores... o más bien vuestros recuerdos son pequeñas escenas??