martes, 28 de junio de 2011

Asomando la naricilla...

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Aquí estoy asomando la naricilla después de mi período de hibernación. Deciros que después del parón embrionario que tuve en agosto necesitaba desconectar de todo, olvidarme dentro de lo posible de los tratamientos y redescubrir en mi otras facetas que fueran más allá de mi obsesión/desesperación por ser madre. Eso incluyó medidas que han rozado la mala educación pero que necesitaba y que he seguido con determinación.


Así dejé de hablar con Huro, de cogerle el teléfono, empezamos los tratamientos a la vez y yo quería olvidarme de los míos. A mi querida MJ la seguí de lejos, alegrándome de los avances de su embarazo, del parto de su querida hija, pero sin acercarme todo lo que hubiese sido natural. Y, aunque de vez en cuando entraba en vuestros blogs, decidí no participar en ninguno, no sentirme obligada a nada, darme tiempo y volver sólo si me apetecía de verdad.




Durante este tiempo descubrí otros blogs muy interesantes sobre otras temáticas. Y, creo que por primera vez en mi vida, he explotado hasta la saciedad mi lado más superficial.





En noviembre me armé de valor y empecé un nuevo tratamiento de FIV. Volví a obtener los mismos embriones, todo pintaba tan bien como en la anterior sólo que esta vez el día de la transfer apenas si podía respirar temiendo que volvieran a llamarme diciéndome que se habían vuelto a parar todos los embriones. Esta vez no se paró ninguno. Es más, de los 8 fecundados, 7 tenían calidad 10, otro un poco más malillo lo dejaron para ver a dónde llegaba y no llegó a ningún sitio. Así que después de una primera FIV nefasta en la segunda me vi con 7 embriones de 3 días excelentes.



Me transfirieron 2 y vitrificaron los otros 5. Mi beta fue negativa. Nada que ver con el dolor y la frustración que sentí cuando se me pararon todos los embriones. Ni siquiera me acuerdo de aquel día de la beta negativa.



Y cuando fuimos a la consulta para ver cuál sería el próximo paso me encontré con que mi doc. no entendía cómo no me había quedado embarazada y me obligó a parar. Según ella los embriones eran tan buenos que tenía que haberme quedado embarazada y el hecho de no haberlo conseguido le hacía sospechar que había algo más. Me mandó un montón de pruebas y se estudió, fue la primera y se lo agradezco en el alma, todas las analíticas que me hicieron el tiempo que estuve en reposo perdiendo a mi niña. Y me dijo que había algo raro, algo en todo lo que estaba estudiando que le "olía mal".




Mientras tanto seguí engordando y la decena de mi peso volvió a cambiar por segunda vez. Supongo que por eso me centré en blogs de cosmética, de recetas... ninguno de moda porque la ropa y yo estamos peleadas de momento.




Y poco a poco empecé a sentir la necesidad de volver al mundo blogger.


No sabía si partir desde aquí iniciando una nueva temática o empezar de cero. Sin embargo, esas 23 suscripciones que se han mantenido inalterables desde mi desaparición me decidieron a volver aquí.



Tenía ya mis nuevas portadas preparadas. Dudaba entre llamar al blog "Colgada de mis sueños" y añadir una portada a partir de esta imagen:


O llamarlo "Mi lado más superficial" e incluir esta otra:





O explotar mi lado más dramático y llamarlo "Puedo fingir que soy feliz" e incluir esta:






(esta última mi chico la descartó de inmediato jajaja!!!).


(Estas imágenes, que me encantan, son de Gorjuss).



Mientras tanto fui haciéndome las pruebas sin mucha prisa y con mucha pereza.




Terminaron encontrándome una mutación en una enzima que me hace producir trombos. Según mi doc. esta mutación fue la que determinó el destino de mi hija y la que no me dejaba embarazarme. Me pusieron en tratamiento y esperamos hasta que mi sangre fue normal.



El día 23 de marzo me transfirieron dos de los cinco embriones que tenía vitrificados. El fin de semana previo a la beta atiborré mi cocina de todo lo que iba a necesitar para mi puesta a punto para el verano, decidida a perder los 12 kg que he engordado entre unas cosas y otras.




El día 4 de abril, día de la beta, dejé la medicación porque estaba harta. A las 14:00, 3 horas después de la extracción me llamaron para decirme que la beta había sido positiva (190). No me lo podía creer.








La alegría me duró poco porque a la hora o así empecé a sangrar. Me duró unos dos días el sangrado, fue poquito pero el susto se me ha quedado en el cuerpo.




El día 14 de abril vimos dos saquitos. El 25 dos latidos.







Y después los he vuelto a ver otras dos veces, la última esta mañana.




En principio todo va bien. Sin embargo no puedo vivir este embarazo como el primero. Tengo muchos miedos. Cada vez que voy al baño y me bajo las bragas me da un pelín de taquicardia. Aún así estamos muy felices y lo quería compartir con todas vosotras.



No sé qué pasará. Soy consciente de que mi edad (39), el que sea un embarazo múltiple, mis antecedentes y mis problemas de coagulación, hacen de este embarazo un embarazo de riesgo. Estoy tomando adiro, pinchándome heparina y tomándome otras 9 pastillas diarias. Espero que sigan agarraditos a mi y que esta vez todo salga bien. Pero si no es así, lo volveré a intentar. He descubierto que soy pesimista, pero tremendamente cabezota.



Mientras tanto, cuento los días que me quedan para pasar el primer trimestre a ver si consigo relajarme un poquito.




La parte de arriba la escribí hace unas semanas. Hoy he cumplido mis 16 semanas, ayer los vi moviéndose a los dos. Nos han dicho que parecen dos niños. A mi me gustan mucho más las niñas pero ya me he hecho a la idea. Estamos ilusionados, felices, deseando que pasen los meses y que todo vaya bien. Sigo con muchos miedos y con un lumbago terrible. Por cierto ¿algún remedio que alivie un poquito?




Me alegro de estar de vuelta.